Richard
Richard llegó a superar los 200 Kg. Por enfermedades asociadas a su obesidad terminó en el CTI, y decidió apostar a la vida.
Esteban
Esteban llegó a pesar 185 kilos. Un día dijo no me quiero morir y decidió cambar su vida.
Cristina
Cristina bajó 70 kilos gracias a la cirugía. Pero lo que ella realmente valora es el cambio de vida que tuvo y lo bien que se siente.
Ana Laura
Ese 10 de abril marcó la vida de Ana Laura para siempre. Descubrí su historia y sus aprendizajes.
Lorenzo
Lorenzo vivió su obesidad desde que nació. Cuando decidió cambiar, encontró en Uruguay las garantías. Escuchá su historia.
Lilián
Lilián pensó en su salud y en su familia cuando se comprometió con el cambio. Conocé su experiencia.
Andrea
Por su obesidad Andrea sufrió problemas de salud, que la ayudaron a considerar la cirugía bariátrica. Hoy su vida cambió para siempre.
Eduardo
Eduardo imaginó su futuro próximo y decidió que tenía todo para ganar con el cambio. Escuchá su testimonio.
El gran viaje de mi vida
Todo comenzó un día cuando tuve un fuerte dolor toráxico, y me llevé un gran susto, por momentos negándolo y por momentos sabiendo que si algo pasaba era mi pura responsabilidad. Luego de hacerme todos los estudios relevantes, comencé una “investigación” buscando información en internet, donde me pasaba todo el día mirando testimonios, en mi propia soledad y encontrándome a mi misma en cada uno de ellos. Fue un proceso por el cual emprendí lo que yo llamo “El gran viaje de mi vida”. Siempre dije que el tren de las oportunidades pasa una vez sola en la vida, y está en uno elegir si subirse o quedarse abajo. Esta vez, luego de dos meses de pura búsqueda decidí “tomarme” el tren y no bajarme nunca. En mis 32 años he hecho un millón de dietas y tratamientos, recorrí muchas clínicas de adelgazamiento, me daban resultado, pero luego comenzaba a ganar peso nuevamente, y cada vez era un aumento mayor. Decidí que esta era mi última oportunidad, en la cual me veía a mi misma como la última cuerda de “rescate” en el tema del sobrepeso. No me fue fácil aceptar agarrar esa soga, tuve muchos miedos, incertidumbres, negaciones, pero al fin decidí tomar esa soga y no soltarme más, con todo lo que implica eso: adaptarme a todos los cambios y a hacer todo como me lo marcan los especialistas en esto.
Tomo contacto con el Dr. Marcelo Viola, y emprendí este viaje maravilloso. Eso implicó dedicarme 100% al tratamiento, visitando a todos los especialistas y poniendo como principal objetivo de vida focalizarme en hacerlo lo mejor posible. Por supuesto hubo fallos, y aciertos, ahí comenzaron a salir a flor de piel las emociones, las cuales eran muy fuertes. En el mismo día experimentaba risas, llantos, miedos, alegría, tristeza: todo un torbellino de sensaciones mezcladas, sobre el cual me ayudó mucho el equipo de BARYS para sobrellevar todo esto que sentía, junto a mi familia, con un apoyo incondicional.
Llegó el gran día, un 10 de abril me operé, ese día estaba muy tranquila, con una paz interna inexplicable, sabía que estaba por un buen camino, con especialistas excelentes, los cuales volvería a elegir sin lugar a dudas. Entendí lo importante y fundamental que es la preparación previa a la cirugía, en cuanto al tratamiento y al apoyo psicológico. El darme cuenta que es importantísimo cumplir con la dieta indicada: esto ayuda mucho al post-operatorio.
Luego de la cirugía, fueron dos días de internación, y a partir de ese día todos los integrantes del equipo BARYS pasaron a ser para mi como una segunda familia. Fueron quienes con todo su conocimiento y perfeccionamiento continuo ayudan a llevar a cabo los objetivos. Son ellos quienes te apoyan en esos momentos en los cuales una siente que se derrumba o está por “caerse”, los sentí y los siento como si fueran un respaldo enorme, sé que si flaqueo en algo, ellos me “sostienen” para que no me caiga.
Sinceramente nunca tuve mucho miedo. Si incertidumbre y ese que pasará después de la cirugía, cómo me voy a sentir, pero también sabía que tenía más riesgos si seguía por el camino del aumento de peso al riesgo en si de la cirugía.
Puedo decir y afirmar que esta decisión hizo que tuviera un giro de 180º en mi vida, no solo en la salud, sino en cómo me siento, y la manera que tengo ahora de ver y resolver las situaciones. Me cambió todo, por supuesto para bien. Siento que tuve la posibilidad de nacer de nuevo y esa oportunidad no puedo desperdiciarla, lo que implica que todos los días en algún momento del día siempre me acuerdo por el camino que transité y por el que estoy caminando aún, viviendo el día a día y siempre atenta a seguir adelante con este sueño, sin lugar a dudas el mejor sueño de mi vida.
Es impagable verse bien, sentirse bien, volver a salir a la calle con ganas de vivir, con esa alegría que siempre la tuve pero que por grandes momentos se escondía detrás de mi cuerpo, donde el mundo personal cada vez se va haciendo más pequeño, desde las cosas más “insignificantes” hasta los momentos más importantes de la vida. Ese círculo que por vergüenza, angustia y soledad cada vez se hace más chico. Ahora es un mundo enorme, donde me siento libre de vivir y una mujer FELIZ, como siempre digo, volví a ser yo misma, volví a reírme, a divertirme y a ir redescubriendo mi cuerpo.
Gran desafío si al que me enfrenté, y volvería 100% a hacerlo de vuelta si volviera el tiempo atrás, el poder regalar ropa que se que nunca más voy a usar, el tener ropa en el placard que me entra y además me queda bien, volver a mirarme al espejo, porque antes no lo hacía, e ir aceptando como va quedando mi cuerpo, y las grandes transformaciones que van pasando, no solo físicas, sino emocionales. Todos estos cambios son positivos, volvió la alegría en mí, y eso no tiene precio alguno. Siempre apoyándome en el equipo y trabajando mis inquietudes y nuevos desafíos, junto a Lic. en Nutrición Julia Salas y Lic. en Psicología Virginia Sosa, quienes son mi sostén permanente y frente a cualquier duda, ellas están siempre. Cómo no volver a elegirlos, como no verlos como parte de mi familia si fueron pieza fundamental en este gran cambio de mi vida. Muchas gracias a todo el equipo, Dr. Marcelo Viola, Dr. Fernando Castelli, Dra. María Pessolano, Dra. Lorena Garin, Dra. Adriana López, Dra. Silvia Requelme, Lic. Julia Salas, Lic. Virginia Sosa. Sin lugar a dudas sin ellos hubiera sido imposible cumplir este sueño y sentirme nuevamente con ganas de vivir feliz.
Mi cirugía fue el 17 de octubre de 2014. Yo era una paciente con sobrepeso y padecía reflujo gastroesofágico. Mi calidad de vida era bastante complicada, mi salud estaba comprometida y esta situación había arremetido contra mi vida social.
Cuando consulté con el Dr. Marcelo Viola siguió mi caso hasta dar con el diagnóstico que era la obesidad la raíz de los problemas que padecía. Me explicó todos los problemas de salud derivados de la obesidad y las complicaciones que iba a padecer en el futuro si no hacía algo al respecto. Me puso al tanto de este procedimiento y del equipo que lo llevaba adelante.
Durante un tiempo prudencial me preparé para la cirugía, concurriendo a las consultas marcadas por el equipo hasta alcanzar el estado óptimo para la cirugía. Tuve consultas y reuniones con todos los integrantes del equipo donde cada uno desde su área me explicó y aportó para llegar a la cirugía de la mejor manera posible para mi caso. Fui bendecida con este grupo de profesionales que me contuvieron durante todo el proceso mientras me preparaba para la cirugía. Debo reconocer que no es fácil, pero con la ayuda y el soporte de todos estos lo llevé adelante.
Hay que ser consciente y estar preparado para un cambio de vida radical, es como volver a nacer en el cuerpo de un adulto. La estabilidad emocional, la entereza personal, el apoyo del entorno y un equipo médico que te acompañe todo el tiempo son imprescindibles para enfrentar el proceso. Sólo no se puede o por lo menos yo no lo hubiese logrado.
El tiempo de recuperación de la cirugía no es mucho. A partir de allí comienza la parte de reeducación en cómo alimentarse. Comer lento y lo necesario, en las horas correctas. Una dieta estricta, marcada por el equipo y con seguimiento constante.
Hoy llegue a mi peso ideal y ya no tengo reflujo. Mi vida es un desafío diario pero se puede, todo se puede y de todo se sale, solo hay que poner de uno y pensar como se quiere vivir, ningún esfuerzo es en vano si va la salud en ello aún más.
Para terminar quiero agradecer a todos por el soporte que me han dado. Son excelentes profesionales pero más allá de eso son grandes seres humanos de los que no abundan en estos tiempos, con una gran responsabilidad y conciencia además de una ternura infinita.
Gracias.