El problema y sus riesgos
La obesidad constituye uno de los principales problemas de salud en el Uruguay y el mundo. En la actualidad, más de la mitad de la población adulta sufre algún grado de sobrepeso (índice de masa corporal (IMC= Peso/Altura2) > 25) y aproximadamente el 5% de ésta tiene obesidad clínicamente severa (IMC > 35), y por ende un alto riesgo de mortalidad por complicaciones médicas asociadas. Como sabemos el exceso de grasa corporal es un importante factor de riesgo para la salud cardiovascular.
Se utiliza habitualmente el término obesidad mórbida cuando el IMC es mayor de 40. Sin embargo y más allá, y en forma independiente al IMC, la obesidad se convierte en mórbida cuando se la asocia a una o más enfermedades graves. Las enfermedades que más frecuentemente acompañan a la obesidad son: la diabetes tipo II, la hipertensión arterial, alteraciones del metabolismo del colesterol. Todas estas manifestaciones son factores de riesgo conocidos para el desarrollo de arterioesclerosis (depósito de grasas en las paredes de las arterias que llevan a su obstrucción), sobretodo en las coronarias (arterias del corazón). Por un problema mecánico la frecuencia de patología osteo-articular, fundamentalmente sufrimiento de las rodillas, caderas y de la columna vertebral así como las alteraciones respiratorias durante el sueño, conocidas como apneas del sueño son habituales y riesgosas en pacientes con IMC mayor de 35.
En estos pacientes con obesidad severa, es bien conocida la dificultad para revertir el exceso de peso. A menudo los individuos afectados, han realizado numerosos intentos de adelgazamiento convencionales con poco o ningún éxito. El tratamiento de la diabetes en estos casos resulta igualmente decepcionante; aún con altas dosis de insulina lograr un control al menos aceptable es casi imposible.
La cirugía bariátrica representa, en ellos, el tratamiento más efectivo para alcanzar un significativo y durable descenso de peso, así como la curación o mejoría de la mayor parte de las co-morbilidades (enfermedades asociadas) y una mejoría significativa de la calidad de vida. En la práctica, todos los pacientes se plantean la posibilidad de la cirugía después de un extenso historial de tratamientos médicos, con éxito parcial y fugaz, que les produce frecuentemente una desilusión mayor y un acentuado pesimismo.